5.30.2012
TEMAS DEL AGUA EN LA MESA REDONDA
La Cumbre de Río + 20 está a las puertas y se acerca el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio), de modo que los
espacios mediáticos de mi país comienzan a moverse en torno al tema. El jueves 24 de mayo de 2012, a partir de las 6 de la tarde, detuve las rutinas para dedicarme al televisor: la Mesa Redonda exponía el tema La riqueza biológica cubana y el enfrentamiento a los saqueadores. Participaron, como señala el diario Granma en su anuncio del día en primera página, “autoridades del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, la Empresa de Flora y Fauna, el Ministerio de la Agricultura, la Oficina de Regulaciones Pesqueras y Ciencia del Ministerio de la Industria Alimentaria y del Cuerpo de Guardabosques del Ministerio del Interior”.
“La diversidad biológica es un patrimonio de la nación”, se dijo en el cotidiano espacio de la televisión cubana, aspecto sobre el cual tendremos que volver alguna vez en CUBANOS DE PESCA, para explicarnos sus alcances y los avatares de su materialización como práctica nacional. La directora del Instituto de Ecología y Sistemática, Dra. Mayra Fernández Zequeira, afirmó por su parte que la biodiversidad es calidad de vida; el tema, desde los enfoques propios de este blog dedicado a la pesca recreativa, e implicado por ello en las aguas y los organismos que en ella viven, merecería asimismo ampliaciones. La institución que dirige la Dra. Fernández Zequeira incluye en su objeto investigaciones sobre aguas interiores, un valioso tema en este archipiélago.
Para cada amante de la pesca fue sumamente interesante la intervención de la Dra. Elisa García, directora de Regulaciones Pesqueras y Ciencia del ministerio de la Industria Alimenticia, quien refirió que unas 150 especies de peces, crustáceos y moluscos de las aguas cubanas son comestibles, subrayando con ello que estos recursos naturales accesibles a todos serán sin dudas buscados con fines gastronómicos, sin que tome en cuenta el que las toma de si está transgrediendo el límite de las posibilidades de una especie determinada. Los tranques y chinchorros, implementos de red usados en la pesca comercial, han sido prohibidos, dijo la especialista, señalando que “solo quedan 16 chinchorros (en operación) y tenemos la meta de eliminarlos antes de julio” de 2012. La probable modificación del Decreto Ley 164, reglamento de Pesca, emitido en 1996, es noticia expresada por la Dra. García que cada aficionado a la pesca en el país seguirá con atención.
La tala ilegal –a veces realizada por el valor de la madera, otras simplemente porque molesta el árbol por la hojarasca que debe barrerse o la acera que quiebran sus raíces-, la caza de cocodrilos en la Ciénaga de Zapata por agresivos furtivos, la colecta y comercialización de especies del medio marino, como el caracol sigua
y las gorgonias, además de las terrestres y escasas polimitas, cuyo uso en artesanía fue sometido a un riguroso control, fueron algunos de los problemas enfocados por los especialistas presentes. Imágenes dispuestas para la indignación del público fueron las decenas de aves muertas, en proceso de ser disecadas para su comercio, halladas en la mochila “de un individuo procedente de Pinar del Río”.
Atentos a nuestro tema, digamos que puede hablarse asimismo de los problemas que afrontan las especies de peces propias de las aguas dulces de Cuba, las que apenas vemos los pescadores en nuestros asuetos, porque nos cansamos de sacar tilapias y clarias, introducidos para garantizar nuestra alimentación, pero dueños ahora del medio natural acuático. Que es mala práctica en los embalses por parte de particulares que a veces se autocalifican como deportivos, capturar peces con redes, atarrayas, incluso líneas de numerosos anzuelos, como palangres de agua dulce. Que la pesca submarina no es apropiada para aguas interiores. Que los pequeños camarones fluviales usados como carnada no deberían capturarse con líquidos contaminantes y este uso debería sancionarse. Que estamos capturando anélidos que conocemos como calandraca de piedra, mediante la ruptura de los arrecifes del fondo marino, una práctica cuyo daño no ha sido evaluado.
Debe esclarecerse en el espacio social, comenzando por la ley, que el principal objeto de la pesca deportivo recreativa no es disponer del pescado para su consumo, mucho menos promover iniciativas de comercialización, como pocas semanas antes dio a conocer, también en la televisión, la filial de la federación Cubana de Pesca Deportiva en Cienfuegos. Lo prioritario es alentar una forma útil y culta de aprovechamiento del tiempo libre y de las elevadas potencialidades de educación ambiental que esta actividad alberga. En cuanto a las valiosas cualidades nutritivas del pescado, bienvenido aporte al cotidiano alimento en un país como Cuba, es obligatorio exponer públicamente que su acceso mediante la pesca de afición debe responder a límites que establezcan los estudios para cada especie, incluso diferenciando cuotas de capturas por áreas y especies si es preciso, pues el límite de 30 libras de pescado por aficionado en un embalse puede alentar un impacto desastroso si no se toma en cuenta que el peso no discrimina entre tallas o valor de las especies.
Tan importante como contar con áreas protegidas, como las 74 que administra la Empresa de Flora y Fauna, es entender que poco significan para el ciudadano si solo accede a ellas a través de la televisión. La experiencia desarrollada por el Parque Nacional Ciénaga de Zapata, mediante la creación de los torneos nacionales de pesca a mosca Zapatafly, en los cuales se introdujo una nueva modalidad deportiva de prestigio conservacionista, se dedicaron sesiones a debatir cuestiones de interés técnico en torno a esta afición, y decenas de aficionados del país admiraron la práctica de su deporte en un escenario privilegiado, soltando cada pez capturado después de medirlo, algo que solo hacían allí los turistas hasta iniciado este evento en 2006.
Ciencia hay suficiente en el país para establecer los límites razonables en el aprovechamiento deportivo- recreativo de los recursos acuáticos y debe recordarse, al respecto, que la vigente resolución 221 de 1999, emitida en su momento por el extinto Ministerio de la Industria Pesquera, facultó al Centro de Investigaciones Pesqueras como autoridad científica para el ordenamiento pesquero nacional, y en este mandato se incluyó la pesca deportiva al igual que la comercial. Resoluciones conservacionistas y educativas, como la 260 y la 323 de 1998, destinadas a la protección de la trucha, deben reactivarse, además de crear otras en el mismo espíritu. Desligar los conceptos de consumo y comercialización de pescado de las prácticas de pesca de tiempo libre contribuirá a afianzar en la actividad aficionada sus propios valores.
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