8.08.2016

Cascabel, ¿a quién?
El 22 de enero de 2006 el diario Juventud Rebelde publicó un documentado artículo acerca de las consecuencias de la introducción en Cuba de la especie Clarias gariepinus, un agresivo pez importado a contrapelo de serias recomendaciones de una institución con autoridad científica en el país.
Franca denuncia a la difusión de esta especie en el país fue un reportaje emitido el jueves 14 de noviembre de 2013, alrededor de las 08:10 de la mañana, por la revista “Buenos Días”, del canal TeleRebelde. Néstor Labrada, periodista de la provincia de Ciego de Ávila, reportaba desde la Laguna de la Leche las declaraciones de responsables del control ambiental de ese acuatorio natural, advirtiendo la invasión del pez foráneo, acerca del cual se argumentó en los primeros tiempos de su aparición que se había escapado de sus sitios de cría debido a lluvias, ciclones, inundaciones, que habrían tenido lugar simultáneamente en todo el archipiélago.
El domingo 31 de julio de 2016 el periódico Tribuna de La Habana publica un triunfal artículo reseñando la devota labor de la Empresa de Desarrollo de Tecnologías Acuícolas (EDTA), uno de cuyos frentes de investigación es la “asimilación de tecnologías en cultivos intensivos de Clarias”.
Los “supuestos” daños que el Clarias provoca en el medio acuático, como activo depredador sobre la ictiofauna local, no han sido confirmados por estudios ambientales, que se conozca. En base a esta carencia de información, no deberíamos asombrarnos de escuchar a un funcionario ― ¿o sería un científico?― expresar con convicción: “No sé de qué daños hablan, ¿alguien lo ha demostrado?”.
Entretanto, hay aficionados que alegremente se han especializado en esta especie, que se deja pescar con carnadas como tripa de pollo, sangraza y otras exquisiteces. Es picada segura y las piezas tienen mejor talla que otras especies, las que requieren mejor saber de técnica deportiva para convencerlas de ir al anzuelo. Felicidades.
Seamos consecuentes. Si el Clarias es un bien nacional, ¿sería posible hacer pública de una vez por todas la historia completa de la introducción de este pez? ¿No podríamos públicamente honrar a quienes han puesto todos sus esfuerzos y su saber técnico en darnos a los habitantes de esta Isla una fuente alimentaria segura y abundante? ¿No podríamos declarar al Clarias gariepinus especie cubana autóctona por naturalización? Hagámoslo, y si alguien nos recuerda que este país tiene un ictiólogo de renombre mundial entre sus más veneradas glorias científicas, háganlo callar. 








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